Friday, July 27, 2007

JULIO

Uno siempre termina por recordar o indagar en su pasado, hoy mientras me dirigía al centro en el bus, mi mirada se topo con la de una mujer años mayor que yo, me quede intrigado por su sonrisa y esa sensación de que yo en algún lugar o tiempo la había conocido, así pues la observé por un rato y recordé su rostro joven con ese delantal azul, era mi maestra de cuarto año de primaria, ¿Quién no se enamoro de su maestra? Había trascurrido mi niñez en un colegio católico donde aun no se les había ocurrido separar a los niños de las niñas, por esas circunstancias tenía un profesor de danza, teatro y música un tipo multifacético que no se le ocurrió mejor idea que para la actuación de Fiestas Patrias entonar en la voz de todo el salón el vals MI PERÚ, gran idea, ya que así perdíamos dos horas o una hora de clases no estoy seguro ahora, durante las dos semanas previas a la actuación, mas sin embargo la idea no me gustaba mucho ya que me privaba de ver a mi profesora, había formado en mi cierto sentimiento hacia ella, incluso intente alguna vez enviarle una nota pero desistía por miedo, así fue que por mi poco interés y desgano a la hora de los ensayos a mi profesor de música no se le ocurrió mejor idea que ponerme como director del coro, mi único papel seria hacer con mi manos los ademanes de presentación, apertura y llevar el ritmo del coro, para al final ser yo quien presente al profesor de música, así pues llegado el día y hora de nuestra presentación busque en vano a mi maestra con la mirada en el auditorio y no la encontré, sentí una tristeza extraña pues quería me viera ahí dirigiendo, pues después saque cuentas de que yo tenia un papel estelar, ya casi a la mitad de la canción mi mirada se dirigió otra vez a la multitud sin sospechar que había otra mirada puesta en mi, era los ojos de mi profesora esbozando su sonrisa, mis amigos me dijeron luego que me había vuelto extremadamente rojo y que luego palidecí por instante, mis manos no seguían el ritmo, tiempo después vi que el profesor estaba al lado mió haciendo una reverencia. No recuerdo su nombre pero guardo su sonrisa, ese gesto primario que hoy por hoy siempre resulta recurrente en alguna mujer, será por eso mismo el miedo de no saber su nombre que hoy no me acerque a saludarla ¿Qué podría haberle dicho?

1 comment:

The Watcher In Your Mirror said...

yo en parbulos (pre-escolar), ya me agarraba a las faldas d emi maestra. tenia 4 años, y ya la pregunte si estaba casada XDDD (bueno, recuerdo que fue "si tenia señor" jajaja).

saludos y buen blog